El habitante más antiguo de Almedíjar. Amante del bosque que en sus recorridos de inmersión dentro de la naturaleza y tras horas de quietud y observación fue mimetizándose con los alcornoques de la zona. Aunque había decidido quedarse a vivir en el bosque, en 1994 decidió volver al pueblo para fundar junto a otras personas lo que sería la etapa inicial de La Surera. El proyecto pasó por varias manos y decidió volver al bosque… hasta hoy, que vuelve con ilusión a colaborar con La Surera aportando sus conocimientos ancestrales sobre este territorio y la lucha por el medioambiente.