Animadora sociocultural, experta en educación y crianza, además de madre todoterreno. Después de diversas aventuras familiares por el mundo rural de Guadalajara, Canarias y Ecuador, decidió apostar por la comarca del Alto Palancia como lugar a explorar, atraída por el proyecto cooperativo de La Surera. Le encanta ponerse las gafas de niña para ver el mundo.